Desde hace
unos meses conocimos que el ascensor de Begoña estaba abocado al cierre al
finalizar la concesión a la que estaba sometido y no existir intención por
parte de Gobierno Vasco de mantener este servicio público abierto. Al mismo
tiempo la situación laboral de los trabajadores de este servicio ha ido
degenerando y convirtiéndose en insostenible no sólo por la incertidumbre de su
futuro laboral sino por llegar a estar sin cobrar sus nóminas durante casi 4
meses.
Desde
el PCE-EPK de Bilbao consideramos que se
está siguiendo la misma metodología que con los ascensores de Arangoiti y La
Salve, cerrado uno y el otro de uso sin personal, lo que en este momento de
elevado paro y destrucción de empleo nos parece una medida irresponsable por
parte de la administración, que podría encontrar diferentes salidas para el
personal de este servicio público.
Por
otro lado consideramos que los usuarios que durante años se han venido
beneficiando de este medio de transporte, tanto vecinos de la ciudad como
turistas que visitan Bilbao se van a ver gravemente perjudicados. El coste del
ascensor es ostensiblemente menor que el del ascensor de metro Bilbao y cubre
otras necesidades para una zona de Bilbao que está agraviada comparativamente
respecto a la conexión con otros barrios por tener una orografía complicada.
Un
edificio que, guste más o menos por su arquitectura, es una seña de identidad
del municipio porque ha sido masivamente utilizado por sus vecinos debería ser
respetado y rehabilitado para mantener su uso. No creemos que esta
rehabilitación pudiera suponer un mayor coste para la ciudad que han supuesto
otras infraestructuras que no han acabado de resolver los problemas de
movilidad.
Proponemos
a las tres administraciones más cercanas, Ayuntamiento, Diputación y Gobierno
Vasco que resuelvan favorablemente la situación de los trabajadores, en este
momento muy precaria, y que al tiempo busquen la solución más viable para sus
usuarios, manteniendo este servicio en las mejores condiciones. Sería de
agradecer que alguna vez pensasen no en sus proyectos faraónicos y
propagandísticos y se dedicaran a las obras del día a día.
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